Organizamos una cena de antiguos compañeros de clase en el Velázquez 17, restaurante mítico de Madrid que dispone de un espacio para grupos a modo reservados para no ser molestados, además de buenos vinos y comida tradicional.
A la hora de organizar comida para tantos es mejor no jugársela. Lo bueno de la gastronomía española es que es súper variada y nunca nadie se cansa. Unas buenas croquetas, tortilla y jamón ibérico son platos que nunca fallan. Hay reinvenciones, presentaciones súper creativas pero el sabor perdura.
Nos cuentan que estuvieron hasta las 2:00 de la mañana y que luego siguieron la noche en una discoteca hasta muy tarde o temprano por la mañana. ¡Qué gusto da servir a gente tan disfrutona!