En Fudeat sabemos que comer bien también es viajar. Por eso, recrear un auténtico food festival en la terraza de unas oficinas en Madrid fue mucho más que una acción gastronómica: fue una experiencia sensorial, estética y cultural. Una pausa deliciosa que llevó a los equipos a recorrer distintos países —como España, Italia, Asia, Venezuela, Estados Unidos, Perú, México— sin moverse de su lugar de trabajo y que organizamos desde Fudeat junto a María Lluch Catering.
El recorrido comenzó en casa, con un puesto dedicado a España que ofrecía una selección de clásicos reinventados. La tabla de embutidos y quesos nacionales, la empanada de atún, la mini tortilla de patatas y unos sorprendentes canutillos de morcilla capturaron el alma de la gastronomía tradicional, con un toque moderno y perfecto para el picoteo al aire libre.
La siguiente parada fue Italia, donde un puesto repleto de focaccias variadas y ensaladas de pasta con pesto de aguacate dio la bienvenida a los más foodies. Las combinaciones —mortadela ahumada, pastrami, feta, tomate semiseco— equilibraban sabor, frescura y textura. Las brochetas de tomate semiseco, emmental y aceite de albahaca completaron una propuesta irresistible.
En el reciente Food Festival celebrado en nuestras oficinas, el puesto de Venezuela destacó por su calidez, colorido y, sobre todo, por el irresistible aroma de los tequeños recién hechos. Este clásico bocado venezolano —palitos de queso envueltos en una masa crujiente y dorada— conquistó rápidamente a los asistentes, quienes hicieron fila para probarlos. Más allá del sabor, el stand ofreció una experiencia cultural completa, con música tradicional y una atmósfera festiva que invitaba a conocer más sobre la rica gastronomía del país. Fue una deliciosa manera de acercarse a Venezuela sin salir de la oficina.
En Fudeat, cada evento es una oportunidad para cuidar hasta el más mínimo detalle. La decoración de este food festival combinó flores frescas, verduras de temporada, elementos de mimbre y cartelería artesanal, creando una estética rústica, vibrante y coherente con la propuesta gastronómica. Todo pensado para convertir una simple terraza en un festival de sensaciones.